El país latinoamericano se convertía así en el primer país en albergar 2 citas mundiales, ya que la previamente seleccionada para acoger el evento, Colombia, finalmente tuvo que declinar ante la imposibilidad de cumplir con los requisitos que exigía la FIFA. Con las candidaturas de Francia, Alemania y Argentina sobre la mesa, los miembros de la FIFA eligieron por mayoría absoluta a los franceses. El 1 de agosto de 2007 se inician las obras del nuevo estadio, y ese verano el club confirma el cese de Amedeo Carboni como director deportivo tras varias discrepancias con el entrenador Quique Sánchez Flores. A pesar del probe bagaxe’l club decidió siguir con Pako Ayestaran al frente del equipu. En el primer partido frente a los austríacos, un solitario gol del «Totò» Schillaci daría la victoria a los italianos. El partido necesitó ser resuelto desde el punto de penalti, tras llegar al final de los 120 minutos de partido con un empate a uno por los goles de Schillaci y Claudio Caniggia. El partido parecía un empate hasta que un gol de David Villa en el minuto 92 puso por delante a los españoles.
Los Zoff, Cabrini, Gentile, Scirea, y Rossi salieron dispuestos a vencer a los brasileños que les privaron de conquistar el Mundial de México 1970. Así se adelantaron los italianos al minuto 38 gracias a un gol de Franco Causio, con el que se llegó al final de la primera parte. Italia, acusada por la ausencia de Paolo Rossi que estaba cerca de retirarse como profesional, no fue capaz de anotar ningún gol más a lo largo del campeonato, lo que supuso su eliminación en el enfrentamiento contra la selección francesa, histórica rival liderada por Michel Platini, que la superó por 2 goles a cero. Italia seguía sin la suerte de cara en la competición europea, al contrario que en los Mundiales, y esta vez estuvo principalmente debida a su escaso bagaje goleador, donde tras 8 partidos, anotó únicamente 6 goles que solo sirvieron para superar a Chipre. La suerte la encuadró en el Grupo A con la selección polaca, la selección camerunesa y la selección peruana. Uno a uno fueron lanzando, y uno a uno fueron anotando hasta llegar al lanzamiento de Fulvio Collovati, que tras superar ya los 5 lanzamientos obligatorios, un fallo decidiría la suerte. Personajes de gran reconocimiento como Vittorio Pozzo, Silvio Piola, Angelo Schiavio, Giovanni Ferrari, Enzo Bearzot, Arrigo Sacchi, Cesare Maldini, Dino Zoff o Marcello Lippi junto con los ya citados Umberto Meazza y Cesare Prandelli han contribuido al crecimiento y a los éxitos del combinado nacional en fútbol, hasta situarlo como la sexta mejor selección en la actualidad.
Además sería el último Mundial hasta la fecha en el que se reunirían todas las actuales campeonas mundiales: Italia, Uruguay, Alemania Federal, Brasil, Inglaterra y Argentina; y el último que contaría con la participación para las selecciones que se desintegrarían en los siguientes años como Yugoslavia, Checoslovaquia, Alemania Federal y la Unión Soviética. Italia, en su primera participación en la competición, estuvo en el Grupo B, conformado por la selección brasileña, la selección estadounidense y la selección egipcia. Una Italia, en la que aparecía un joven Paolo Rossi, ganó todos sus partidos con gran solvencia, y accedió como primera de grupo a la siguiente fase del torneo. «La ola», consistente en cientos de aficionados levantando las manos de manera sincronizada, como un fenómeno colectivo que da la vuelta a todo el recinto deportivo y que hoy en día se ha establecido mundialmente como una forma de expresar la alegría y goce de los aficionados. Pero «La Canarinha» conseguiría darle la vuelta al partido.
El decisivo partido frente a los belgas finalizaría con otro empate a cero goles que servía para clasificar a ambos conjuntos, pero desgraciadamente con los italianos por detrás de los belgas merced al «goal-average» acumulado en la fase de grupos, por lo que los transalpinos disputarían el tercer puesto de su Eurocopa frente a la selección checoslovaca. Brasil e Italia se volvieran a ver en un encuentro decisivo y debieran luchar por un puesto en la gran final del campeonato. Ante casi 70 000 espectadores se celebró en Buenos Aires la disputa por el tercer puesto del Mundial de Argentina. En 1989 y 1991 se jugó a partir de grupos, y los dos primeros clasificados de cada grupo jugaron una liguilla final todos contra todos para decidir al campeón, pero sin la disputa de un partido final. Como curiosidad, se dio una circunstancia que se convertiría desde entonces en un clásico entre los aficionados asistentes a un recinto deportivo. Llegaba una nueva cita mundialista, a la que se presentaba como vigente campeón. Su máximo logro en su corta edad es una Euroliga en el año 2005 tras vencer en la final a Portugal.
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